martes, 5 de junio de 2012

No se grita, no se llora...

Tener las reglas claras nos ha ayudado mucho en casa, Braulio. No hay que decirte nada muy elaborado, tampoco tantas veces ni suplicándote ni gritándote, eso fue lo que nos dijeron en la terapia. Me indicaron que hiciera un cartel con un niño gritando y llorando y que le pusiera un aspa que muestre claramente que eso no se hace.  Te lo enseñé y te dije en un tono neutro: "Braulio, no se grita y no se llora, pide lo que necesites. Si gritas y lloras no irás al parque."  Y lo coloqué en un lugar visible.

El parque es lo más sagrado para Braulio, TODOS los días va al menos una hora y a mí me encanta porque le gusta estar con otros niños, correr, subirse a los juegos. A veces juega con ellos y a veces no, pero le encanta la compañía de sus amigos.

La indicación surtió efecto casi de inmediato, unas cuantas veces tuve que llevarte el cartel para que recordaras  la idea y solo una oportunidad tuve que dejarte sin salir lo cual me dolió en el alma, pero aprendiste.  

El cartel se quedó en la cocina y este fin de semana ya lo sacamos.  Cada vez que te fastidias, solo te digo  "no se grita, no se llora" y el efecto es casi automático.  Funciona: yo tampoco grito y tampoco lloro.

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